28 de octubre de 2013

El nombre del viento, Patrick Rothfuss: Semanas Arcanas I



No tenéis ni idea de lo que me cuesta hacer esta entrada. No sé porqué me cuesta tanto escribir sobre el que seguramente es mi libro favorito. Puedo decir tantas cosas que al final todas quedan encerradas en mi cabeza, negándose a salir. Puedo decir que El nombre del viento es fantasía. Es ingenio, es picardía, es inocencia, orgullo, tensión, venganza y casi perfección. Después de todos estos adjetivos creo que es hora de decir algo de verdad sobre el libro, aunque no sé si necesita mucha introducción.

Nuestro protagonista absoluto se llama Kvothe (pronunciado como"cuouz"). Y yo le amo. El caso es que la historia es suya, literalmente. Nada más empezar a leer nos encontramos en la posada Roca de guía, donde un joven y pelirrojo posadero, Kote, pasa sus días monótonamente. Limpia, enseña a su aprendiz Bast, cocina, sirve, limpia, escucha los silencios y duerme. Pero él está bien así, es lo que buscaba.

Todo cambia el día en el que alguien lo reconoce. Su escondite ya ha sido descubierto. Sin embargo, lo importante es quién lo desenmascara. Cronista es... pues eso, un cronista, pero con mayúscula. De alguna manera consigue convencer a Kote/Kvothe para que le cuente la verdadera historia que hay detrás de su leyenda. Todo el mundo ha oído hablar de Kvothe, pero nadie sabe en realidad quién es.

Como Kvothe es un Edena Ruh (una troupe de artistas nómada), cuando cuenta una historia tiene que contarla bien, y qué mejor historia que la de uno mismo. Decide hacerlo a lo largo de tres días, mientras Cronista copia cada palabra de su relato. Y cada día es un libro. El nombre del viento es la introducción, nos cuenta la etapa más tierna de Kvothe, que aunque tierna está llena de inteligencia, amor por la música, desgracias, tristeza y sed de venganza. También de amistad y algo de amor, pero no esperéis nada del amor pasteloso que solemos encontrar. Kvothe ama de una forma muy peculiar.

El suceso que marca el inicio de todo eso es desolador. Algo ocurre y el pobre Kvothe se ve solo en el mundo, y lo que es peor, buscando a los causantes de todos sus males. El problema es que ellos no son humanos.

"Y luego vino Abenthy, mi primer maestro de verdad. Él me enseñó más que todos los otros juntos. De no ser por él, no me habría convertido en el hombre que soy hoy.Te agradecería que no se lo tengas en cuenta.

¡Calladme! No os puedo contar nada más de la historia, me sentiría como Jack el Destripador. Simplemente leedlo. Si os gusta la fantasía más clásica tenéis que hacerlo. Patrick Rothfuss hace conmigo lo que quiere. Me lleva a la Mancomunidad, a la Universidad, me lleva a las calles de Tarbean. Me emociona, me hace llorar, me hace reír y sonreír. Me hace querer a Kvothe, un personaje imperfecto pero maravilloso, como si fuera su amiga de toda la vida. Sin duda este joven pelirrojo y con los ojos verdes es el principal atractivo de las novelas. Pero lo mejor de todo es que se complementa perfectamente con el estilo de escritura, con la historia que se nos cuenta, estructurada en un doble marco narrativo que en múltiples ocasiones se transforma en triple. Ya os he dicho que a los Edena Ruh les gusta mucho contar historias. Lo que hay que tener claro es que las historias son sólo eso... ¿O no?



PD:  Se ha cambiado la hora y el lugar de la firma de Rothfuss del día 7 en Barcelona, lo tenéis todo en esta entrada.


1 comentario :

  1. Aquí uno que lo ha leído por la recomendación de la autora de este blog :O

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