No sé quién es esta señora. |
Como alguno de vosotros sabréis, aunque imagino que la mayoría no, acabo de terminar segundo de Bachillerato. En septiembre empezaré un grado universitario en Literatura general y comparada. La verdad es que no es una sorpresa. Para mí no, quizá para vosotros tampoco, pero sí para el resto de mis compañeros de instituto.
La gente piensa en esas aburridísimas clases de Lengua y literatura, donde lo último que aprendes es literatura. Si eres un buen alumno lees los libros que te mandan (si es que te mandan alguno), si eres un poco más pasota buscas resúmenes en Internet y solamente con eso puedes incluso sacar buena nota en los controles de lectura. Pero lo que más se hace en estas clases es estudiar la teoría de los autores. "Fulanito es existencialista y escribió tal obra, esta otra, otra más y esta última". Y así con 2934829374 autores a lo largo de toda la secundaria. Y si esto es lo que he estado viendo en la ESO y en Bachillerato, ¿por qué voy a estudiar algo que no es más que memorizar nombres y obras?
Tengo esperanza. Este curso me matriculé en Literatura universal, y es lo que ha hecho que me decida a estudiar esta carrera. He tenido, atentos, una buena profesora. Pero buena de verdad. De estas que corrigen hasta tu estilo a la hora de escribir. Que al corregirte los exámenes te deprime porque lo ves todo rojo, pero lees esas letras rojas y pone: "Bien, Ádria, pero...". Que te habla con tanta pasión sobre los libros que había que leer que, aunque en un principio estés reticente, te acaban apasionando igual que a ella. Que al analizar poemas lo hace verso por verso sin romper la belleza de los mismos. Claro que he tenido que memorizar autores y obras, es normal, también hay que estudiar la teoría. Pero mientras nos daba los apuntes o subrayábamos el libro, nos daba algún dato sin importancia a priori sobre los autores y sus obras que, sinceramente, he tenido ganas de leer casi todos los libros nombrados.
Gracias a ella he aprendido a leer de otra forma. Gracias a ella voy a estudiar lo que voy a estudiar, a sabiendas de que no es una carrera con muchas salidas laborales. Pero qué queréis que os diga, es lo que menos me importa ahora mismo. Voy a estudiar lo que me gusta porque tengo fe de que en la universidad encuentre algún profesor que sea la mitad de bueno que ella, que haga que me apasione por la literatura hasta límites insospechados. Y si no lo encuentro, le mandaré un mail a dicha profesora y ella estará encantada de apasionarme por su cuenta.
Estoy segura de que muchos se sentirán identificados con el primer modelo de profesor del que estoy hablando. Pero tened en cuenta una cosa antes de odiar la literatura que normalmente se enseña en los institutos. No es culpa de los profesores, no es culpa de los libros, no son un coñazo (¡a mí me gustó El lazarillo de Tormes!). Es culpa del programa educativo que se impone. Entiendo que haya que estudiar todo y que no hay tiempo de leerlo todo. Pero, al fin y al cabo, los alumnos, que deberíamos ser los beneficiarios, no aprendemos nada. Y llega julio y nos hemos olvidado de las obras que escribió Quevedo o no hemos ni leído un pasaje de El Quijote.
Bueno, dejo de enrollarme. Quería hacer una pequeña reflexión y comentario personal. ¿Estáis de acuerdo conmigo? ¿O pensáis que soy una quejica? Sea como fuere, estaré encantada de leer vuestras opiniones.
PD: ¿Qué pensaría esa profesora si leyera esto? No sé si quiero saberlo.