28 de agosto de 2012

Nunca digas nunca, Amy Lab

Como habréis podido notar, he estado un poco desconectada del mundo bloguero. Y eso conlleva, en mi caso, estarlo de la literatura juvenil y sus novedades. He estado leyendo otra clase de cosas de las que ya hablaré en su momento. El caso es que igualmente fui a la BLC que se celebró en la Feria del Libro de Madrid, y cuál fue mi sorpresa al "encontrarme" en un banco un libro de la editorial Alfaguara. Lo abro, y resulta que es una especie de juego de la revista El Templo de las Mil Puertas. Un regalo bastante inesperado :3 Y yo no tenía ni idea de qué libro era, pero el libro me llamó mucho la atención por su portada. Así que decidí leerlo... Y bueno, allá va la reseña.


Ponte en situación. Eres una adolescente, prácticamente estadounidense, con todas las comodidades y una vida plena. Y de repente, todo tu mundo se vuelve del revés. Tus padres sufren una muerte prematura e inesperada. ¿Y tú qué haces? La única familia que puede hacerse cargo de ti es una hermana de tu madre. El problema es que ella vive en Madrid, España. Lo abandonas todo, tu casa, tus amigos, tu vida... Y te vas a convivir con tu tía a la que apenas conoces, su marido y sus dos hijos. Pues eso, queridos lectores, es lo que le sucede a nuestra querida Jaqueline.

Al llegar al reino español, nuestra Jacq debe pasar el verano en Peñaranda de Duero, un pequeño municipio. Vamos, el típico pueblo al que se va en vacaciones. Durante los primeros días apenas sale de su habitación, toca la guitarra, duerme y habla por Skype con Phoebe, su mejor amiga, la cual vive en los Estados Unidos. Es complicado adaptarse a una nueva vida, además del sufrimiento por la muerte de sus padres. Poco a poco se va a costumbrando, pero hay un miembro de la familia que le hace las cosas un poco más difíciles.

Samuel, el hijo del esposo de su tía. Es decir, su primo pero en realidad no. Este chico tan reservado y estudioso, aunque guapete, le dará muchos quebraderos de cabeza a Jacq, ya que la hace sentir incómoda con sus silencios. Sin embargo, el grupo de amigos de Samuel es totalmente distinto. Son alegres y abiertos y en el momento congenian con Jaqueline. Sandra, una chica risueña y simpática; Marcos, el típico guaperas ligón; Lucía, la barbie con cerebro; Quique, Jesús e Iván, cada uno más distinto al anterior. 

Sin embargo, a este grupo de amigos le falta un miembro, Agnès, de la cual no se sabe practicamente nada hasta bien entrada la trama. Y de la cual, evidentemente, no voy decir ni una palabra.

   —Espera —dijo Sandra alejándose de él todo lo que su estrecho brazo le permitía—, ¿qué se supone que estamos haciendo?
   Él entornó los ojos y frunció el ceño.
   —¿Qué pasa? —preguntó con la voz algo ronca.
   —¿Cómo que qué pasa, Marcos? ¡Mierda! Soy idiota.
   Aunque no se atrevía a mirarle directamente a la cara, alcanzó a ver que él se mordía los labios con un gesto de contrariedad.

Al empezar a leerlo no me entusiasmaba demasiado, pero mientras avanzaba en la lectura iba interesándome por sus personajes y sus tramas secundarias, casi más que la trama principal, y se me hizo bastante más entretenido que al principio. La ambientación me ha gustado mucho, los sitios a los que van los personajes son realmente bonitos y las autoras han sabido expresarlo.

Pero cuando hablamos de los diálogos... Me resultaron poco creíbles, demasiado de ensueño y perfecto. Yo no tengo nada en contra de las relaciones amorosas perfectas, pero sí en contra de las no creíbles. Tampoco me ha gustado la forma de enfocar los pensamientos de los dos protagonistas respecto al otro. En casi ningún momento de la novela me he sentido de verdad dentro de la novela, siempre me daba la impresión de estar leyendo algo falso. Y tiene gracia decir esto, pero me cuesta menos creer que los muertos caminen al otro lado del Muro que estos enamoramientos. Y esto no quiere decir que la escritura sea mala, ojo, es... Normal. Quizás me he acostumbrado a leer otro tipo de literatura.

La trama amorosa secundaria (que no voy decir cual es, pero se ve desde casi la primera página) y el misterio que envuelve a los personajes (más de lo mismo) sí me han mantenido en vilo y, sobretodo esta última, me ha hecho desconfiar de todos y cada uno de los personajes de la novela. 

En definitiva, un libro entretenido que se deja leer, ameno y rápido de leer. Con un final que me dejó un poco fría, pero que no estaba mal. Una novela fresca que me sirvió como aperitivo entre dos libros bastante más densos. 

Puntuación:
Aprobado ;)