Los juegos del Hambre, de Suzanne Collins

-Damas y caballeros, ¡que empiecen los Septuagésimos Cuartos Juegos del Hambre!

Ah, ¿que no sabéis lo que son? Pues, queridos habitantes de Panem (ciudad construida  sobre las ruinas de lo que en antaño fue EE.UU.), los Juegos del Hambre son un recordatorio para los 12 Distritos de que no deben revelarse, de que El Capitolio puede hacer lo que quiera con ellos, si no quieren acabar como el Distrito 13... Cada año, El Capitolio organiza una especie de reality show un tanto macabro (en la contraportada lo llaman Gran Hermano desquiciado, pero a mí me parece más parecido a Supervivientes desquiciado). Éstos consisten que sortear la vida de los jóvenes de Panem, de 12 a 18 años, meterlos en un estadio gigantesco y que se maten entre ellos, mientras su familia y todo el país observan.Todos los chicos de esta edad tienen una papeleta en el sorteo, aunque pueden conseguir más a cambio de comida para su familia. Al final, son escogidos un chico y una chica de cada distrito.

Katniss Everdeen pertenece al Distrito 12, el encargado del carbón y el más pobre. Katniss  tiene 16 años y ocupa su tiempo a la caza furtiva (cosa prohibidísima, pero se lo permiten, porque se aprovechan de sus presas) para dar de comer a su familia, acompañada de su amigo Gale, un chico con bastantes más papeletas que ella, ya que él tiene que alimentar a una familia bastante más numerosa que la de Katniss. Su padre murió en una explosión en una mina, y ahora ella es la encargada de que su madre y su hermana pequeña, Prim, de 12 años, no mueran de hambre. Katniss no permite que su hermana pida teselas de comida, porque no podría seguir viva en los Juegos, mientras que ella tendría una mínima posibilidad de conseguirlo. Pero, por capricho del destino y de la mala suerte, sale el nombre de Prim Everdeen en el sorteo. Y Katniss se presenta voluntaria para ocupar su puesto, cosa que nunca se ha visto en este Distrito.

-Katniss, es como cazar, y eres la mejor cazadora que conozco.
-No es como cazar, Gale, están armados. Y piensan.
-Igual que tú, y tú tienes más práctica, práctica de verdad. Sabes cómo matar.
-Pero no personas.
-¿De verdad hay tanta diferencia? -pregunta Gale, en tono triste.
    Lo más horrible es que, si consigo olvidar que son personas, será exactamente igual.
    Los agentes de la paz vuelven demasiado pronto y Gale les pide más tiempo, pero se lo llevan y empiezo a asustarme.
-¡No dejes que mueran de hambre! -grito, aferrándome a su mano.
-¡No lo permitiré ¡Sabes que no lo permitiré! Katniss, recuerda que te... -dice, y nos separan y cierran la puerta, y nunca sabré qué es lo que quiere que recuede.

El otro tributo seleccionado es Peeta Mellark, el hijo del panadero. El chico que años atrás le había salvado la vida de una manera muy humana (y con la que, yo estuve a punto de llorar xD). Eso sí era suerte, tendría que matarle, a no se que alguien los matase antes.

 Hacía mucho tiempo que no leía algo que me entusiasmase tanto. Está lleno de aventuras, críticas a la sociedad de Panem, y, por qué no, una hermosa historia de amor. Katniss no es la típica protagonista simplona y que depende de un macho para sobrevivir en todas las situaciones, y eso me encanta. Peeta es dulce y bueno, y Gale (por lo poco que sale) es genial. Sin duda, es un libro que DEBÉIS leer. Y con un final que... A mí me dejó con el corazón en un puño T^T.

Pero lo más importante... En los Juegos del Hambre sólo puede quedar uno...

Portada de la segunda parte, vista en el Blog de los Juegos del Hambre. Una preciosidad.